El don más grande que Dios nos puede conceder, es comprender y vivir inmersos en la infinitud del misterio de su amor.
Somos divinos y humanos a la vez y no podemos separar el amor humano del amor de Dios. . Cualquier tipo de amor, si no está inmerso en el amor de Dios, es puro egoísmo. El mejor modelo para comprenderlo, es el amor que podemos sentir hacia una persona, porque es el mejor don de su amor, cuando este amor es totalmente libre de apegos y egoísmo.
No me resisto a poner unos textos iluminadores de Karl Rahner que me han ayudado mucho .
"Podemos partir ante todo de nuestra experiencia
humana y decir simplemente: lo que pasa en un alma cuando
ama a otra persona, desinteresada y puramente, eso, transportado a Dios,
será el amor de Dios: naturalmente, en una forma mucho más íntima, más
desinteresada aún, más incondicional, más conforme con Aquél que es aquí el
amado, Dios
De este
desinteresado amor del espíritu entre hombres queremos hablar aquí. Lo caracterizaríamos como un embeleso del
alma, desnudo de todo utilitarismo, proyectado hacia la persona amada, como un
movimiento del corazón hacia el ser amado. El hombre se pierde todo en él,
en aquel dichoso olvidarse de sí que acontece en el hombre cuando todo su ser,
dominado por el amor, rompe los fríos muros de su auto-afirmación, que le
confinan en las estrechuras de su
pobreza, y liberado de esa asfixia deriva su cauce hacia otro ser al que va
ahora a pertenecer. Olvidado de sí,
centra este amor en el amado, quiere su bien, y con su dicha es feliz.
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Este amor llama a su Dios desde lo íntimo del
corazón. Todas las fuerzas del alma fluyen hacia Dios para no retirarse ya de
Él; fluyen hacia Aquél que al encenderse la llama del amor se hace el centro
íntimo de nuestro propio ser y está más cerca de nosotros que nosotros mismos,
más amado que nosotros mismos; no tanto amado Él por y para nosotros, cuanto
nosotros por y para Él.
Y este amor de Dios se estremece con la gozosa
certeza de que primero nos amó Él, y de que en todo momento responde a la
llamada del amor, que sube hasta su corazón desde este valle de lo caduco y de
la muerte".
Un corazón vacío solamente puede ser llenado por Aquel que todo lo puede, por Aquel que murió por ti, por Aquel que TE AMA, JESÚS.


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