UN IDEAL, ABSOLUTAMENTE POSIBLE Y JUSTO
La coherencia es un peldaño peligroso, porque uno pensaba que
nunca nos faltaría su firmeza, pero en cualquier momento lo que parecía seguro
cruje y se nos viene abajo; porque siempre hay alguien que se vende, alguien se
empeña en bloquearte el paso, o en decir sencillamente que tiene mejor derecho,
mejor curriculum, más poder en las manos, o más cara que tú, para decirlo
claro. En definitiva la cruz del coherente, su via crucis, nos sorprende y nos pesa más de la cuenta.
(Carlos García Hirschfeld. Siete estaciones para un vía crucis de nuestro tiempo. 1995)